La difusión de las sectas y el desafío
que ellas presentan a la Iglesia, tiene repercusiones teológicas,
más allá de las pastorales. La confusión doctrinal
sobre el contenido de la fe cristiana sobre el camino para el surgimiento
de muchas sectas protestantes, la justificación práctica
de estas, y sobre todo la falta de empeño en el cuidado pastoral
y en el anuncio explicito de Nuestro Señor Jesucristo que constituye
la comunidad cristiana… contribuyen mucho para la confusión
y el surgimiento de las sectas.
No es lógico decir que todas las creencias religiosas son iguales
o equivalentes entre sí y que por esto, todas ellas nos llevarían
a un mismo fin. ¡No es verdad el dicho de que todos los caminos
nos llevan a Roma! Muchas de estas creencias religiosas proponen Credos
absolutamente diferentes, Credos que se excluyen mutuamente en plano
de la lógica o de la propia razón. Existen aquellas
religiones que profesan o el politeísmo (habría muchos
dioses) o el panteísmo (todo sería Dios) o el monoteísmo
(existe un solo Dios, un Dios que transciende, Creador del mundo y
del hombre a partir de la nada). Pues bien, el politeísmo es
ilógico, porque multiplica el Absoluto y el Infinito (Dios);
el panteísmo es también irracional, porque identifica
el Absoluto con el relativo, lo Eterno con lo temporal, lo Necesario
con lo contingente. Luego, sólo resta una forma de religión
lógica delante de los propios ojos de la razón, que
es el monoteísmo. Este tipo de religión se encuentra
en la línea judío-cristiana-musulmana.
Fuera de la Iglesia Católica, sin duda existen también
semillas de verdades y del bien, que deben ser estimadas, más
que continúan sin embargo, como botones de flores sin desarrollarse
plenamente. La tarea misionera de la Iglesia del Señor, es
precisamente incentivar el desarrollo de estas semillas de verdad
y que se encuentran dispersas y fuera del Catolicismo; hacer que todos
los hombres lleguen al conocimiento de la Verdad revelada por Nuestro
Señor Jesús, esta Verdad que se encuentra fielmente
conservada en su Iglesia (cf.1Timoteo 2,4; Mateo 16,16-19; Lucas 22,31s;
Juan 21, 15-17).
Debemos reconocer también que existen muchas personas de buena
fe que profesan el credo de determinadas religiones ya citadas o de
creencias religiosas no católicas. Estas personas, en la medida
que son cándidamente fieles a lo que juzgan ser la Verdad y
el Bien Supremo, llegarán al único Dios revelado por
Nuestro Señor Jesucristo. El Señor no les pedirá
cuenta de aquello que no les hubiera revelado. Estas criaturas humanas
pertenecen invisiblemente a la Iglesia del Señor, mientras
que otros les pertenecen visiblemente. Aquellos que profesan la fe
de otras religiones, cómo la fe budista, islámica, hinduista
u otra cualquiera, serán salvos a través de Nuestro
Señor Jesús y su Iglesia, puesto que, en verdad existe
solamente un solo Señor y Salvador de los hombres: Nuestro
Señor Jesucristo que ejerce su obra redentora a través
de los siglos mediante el sacramento de su Iglesia confiada a Pedro
y sus sucesores.
Padre Ed Cunha.