Padre, el otro día, mi amiga me mostró
un artículo que disipaba la creencia de que el Demonio es igual
a los dioses orishas y los esus de la Brujería y que los despachos
y trabajos hechos en los terrenos y casas de hechiceros atraen al
Maligno. ¿Es verdad que la brujería se pega?
Los Demonios y los Orishes.
Observe ante todo, que los esus y los orishas jamás han existido;
estos son entidades que configuran el imaginario mundo invisible de
las religiones africanas. Al contrario, el demonio o el ángel
malo existen, pero, ellos no están interesados por despachos
o trabajos hechos en terreros de los hechiceros, y sí por el
pecado del hombre, de manera que los despachos como tales son inofensivos,
significando tiempo y dinero perdidos. Por consiguiente no se debe
igualar demonios y orishas y, tampoco se debe decir que el demonio
escucha cuando se invoca un orisha.
Despachos y maleficios
Puede acontecer que alguien sufra algún daño después
que haya hecho algún ‘trabajo de brujería’
para la desgracia de otro. Esto puede hasta acontecer debido no a
una pretendida eficacia del ‘trabajo del despacho’, sino
debido a la sugestión que la persona enfocada concibe. Quien
piensa que está siendo perseguido por alguna entidad poderosa,
fácilmente se deja abatir y se entrega, consciente o inconscientemente
a la desgracia. Luego, aquel que se siente amenazado por un despacho
no pierda la paz y tampoco haga caso del pretendido maleficio.
La brujería no se le pega a nadie. Ni a los más inveterados
pecadores, ella les hace mal como si la brujería tuviese una
eficacia propia. Dicho esto, la brujería puede sugestionar
a los que en ella creen y contribuyen para que, deprimidos, se precipiten
en la desgracia.
La respuesta a la pregunta si la brujería ‘se le pega
o se le contagia’ a alguien, yo diría que sí,
que ella se le pega o puede contagiar, pero solamente a aquellos que
se encuentran lejos de Dios, o aquellos que con sus acciones y omisiones
no aceptan la Divina Misericordia y, que NO, la brujería no
se pega ni contagia a aquellos que se apegan al Señor, aquellos
que proclaman a través de palabras y acciones su amor incondicional
a Dios creador y redentor de sus vidas.
Por fin, al bien de la verdad, sea dicho que los despachos y trabajos
hechiceros no atraen el Maligno que es un ser incorpóreo, que
no está interesado en ofrendas materiales. Luego, la Brujería
no pasa de simple imaginación y fantasía humana.
Todo esto confirma la importancia que la fe religiosa tiene y de las
credenciales que la razón pueda exigir de esta, a fin de que
el acto de fe sea un acto consciente e inteligente, y no un acto ciego
e infantil.
No pierda tiempo con los brujeros porque le quitarán su tiempo,
su paz y su dinero mientras se van a divertir con el.
Padre Ed Cunha.